Las marcas, su nacimiento se pierde en la noche de los tiempos.
Por cierto, frase esta que ha servió de titulo para una novela de Antonio Muñoz Molina. Y no fue él único. También se llama La noche de los tiempos otra novela, esta vez, de ciencia ficción escrita por el francés René Barjavel. Pero sin duda, cuando hablamos de la noche de los tiempos no referimos a tiempos muy remotos, hace muchos, muchos siglos.
Marcas como el Trisquel identifican la cultura celta.
Marcas llevaban los estandartes de la Legiones romanas.
Marcas que hacían los canteros para plasmar su firma en la construcción de un acueducto, una iglesia, un puente o un castillo.
Marcas eran los escudos que servían para delimitar territorios.
Marcas de hierros candentes se hacían sobre el lomo del ganado para distinguir rebaños.
Marcas terribles se imponían quemando la piel de hombres esclavos para saber quien era su dueño.
Marcas, marcas.
Y, ¿Cual es la marca más antigua?. Kongō Gumi, es la empresa más antigua del mundo y por tanto su nombre es en si misma una marca. Se fundó en el año 578 en Japón. Más de 1.400 años de funcionamiento en un país que cuida sus tradiciones milenarias con un mimo especial. Y diréis, ¿a que se dedicaba y se dedica esta empresa?. Pues se dedicaban a la construcción de templos budistas. Dicen que en el siglo XVII pudieron rastrear hasta 40 generaciones y lo dejaron plasmado en un pergamino de más de tres metros de longitud. Actualmente y después de una crisis en el año 2.006 la compañía opera bajo el nombre de Takamatsu.
Y hablando de marcas, no podemos obviar Coca Cola, bebida refrescante que puedes encontrar en cualquier lugar del mundo, y es algo literal. Una marca asociada al ocio, al primer mundo, al éxito.
Nombres de marcas de pantalones tejanos, de polos y de zapatillas deportivas son parte de nuestra memoria y también de nuestra cotidianidad.
Marcas de coche con nombre de ciudades, o resaltando la excelencia.
Marcas de brandy o de cerveza.
De electrodomésticos que muchos recordamos. De colonias, de motos, …
Marcas y publicidad motores que mueven el mundo, nunca mejor dicho, si tenemos en cuenta que es la publicidad quien sustenta los medios de comunicación de forma más directa o indirecta.
Y es que la marca en si misma y en un inicio debería indicar, algo tan sencillo, como la procedencia de un producto.
Es cuando varios productos cubren la misma necesidad que la publicidad comienza a trabajar en favor de una u otra marca. Y algunas llegan a ser tan poderosas y marcan tanto las tendencias que asusta su poder y asustan sus cifras. Porque según la revista Forbes la marca Louis Vuitton tiene un valor en el mercado mayor a 23.9 billones de dólares. Y es una marca de moda.
Marcas como Nespresso logran crear la necesidad de tener X producto para disfrutar de un momento placido tomando un café. Ingenieros, creativos, diseñadores, relaciones publicas se vuelcan en dar impulso a las marcas y éstas llegan a imponer su producto creando la necesidad.
Muchas veces, en persona o por privado me han preguntado, nos han preguntado. ¿Por qué no llevamos el nombre de @subetealpaisaje con el logo en la autocaravana?. Nos cuentan que así es difícil identificarnos. Que con nuestro nombre en el vehículo conseguiríamos mas seguidores para el canal de YouTube, …
Y siempre digo lo mismo. Súbete al paisaje, es nuestra filosofía de vida viajando. Formando parte del lugar que visitamos, empapándonos de sus costumbres y manteniendo nuestras rutinas. Y la mayor de nuestras rutinas es el anonimato. El saludar y ser saludados por que el momento asi lo pida es nuestra mayor muestra de compañerismo. Saludar al que tienes al lado salga de una autocaravana de mas de 100.000 euros o de una autocaravana de 30 años.
Que el saludo hacia nosotros sea porque te hemos caído bien. Porque hemos admirado el mismo vuelo de una rapaz. Porque nos hemos emocionado ante el paseo de una pareja de ancianos con sus manos sujetas. Que el saludo no sea por una marca.
Ana@subetealpisaje