Viajeros en la historia
Estrabón, podría ser considerado el primer viajero del que tenemos constancia documental del mundo que le rodeaba. Había nacido en el año 63 a.C junto al mar Negro. Ese mar que se situá entre Asia y Europa.
Para explicar a sus coetáneos como era la superficie terrestre ideó una esfera. Quizás, ese seria el primer globo terráqueo tal y como ahora lo conocemos. Eso si, en él entraba ya la Península Ibérica, eramos parte del Mundo conocido.
Pasarían siglos hasta llegar a Marco Polo. En el libro de Las Maravillas del Mundo, se nos describe Asia Central y China pero, sobre todo, se nos detalla la ruta viajera de la que aun hablamos. La Ruta de la Seda. Las caravanas de Marco Polo nos hablan de una ruta que ya se transitaba en el siglo I a.C. Fue en el año 1.298 cuando Rusticheo de Pisa recibió el dictado del maravilloso viaje de parte del veneciano Marco Polo. El mercader nos describe como había que atravesar desiertos, altas cordilleras, estepas que no tenían fin. Un paisaje que castigaba y fascinaba quizás a partes iguales.
Cristóbal Colon, es otro viajero que documento su viaje para la posteridad, nos acercó a un mundo, hasta entonces desconocido. Fue capaz de contradecir las tesis de Estrabon y de demostrar que tras las Torres de Hércules había más mundo. Nunca un error de calculo resulto tan fructífero. Ir en busca de una ruta alternativa a las Indias y llegar a las costas de nuevas tierras es, sin duda, un error que supuso abrir a los ojos de todos un nuevo continente.
Pero para mi, el navegante que mas me gusta es Magallanes. Es verdad que el navegaba bajo bandera portuguesa pero, él fue el primero en atravesar el estrecho que desde entonces lleva su nombre.
El estrecho de Magallanes, ese lugar por el que llegar del Atlántico al Pacifico. Esa travesía que el marino que la realizaba con éxito podía lucir un aro en su oreja. Él, Magallanes, se quedó a muy poco de ser el primero en dar la vuelta completa al mundo, fue asesinado por unos indígenas y seria después Juan Sebastián el Cano quien lo lograría.
Y hablando de viajes y de mares, como no mencionar al James Cook, ese viajero que navegó por los mares del Pacifico en el siglo XVIII bajo bandera británica. Fue él quien nos dio a conocer no solo Australia, también Nueva Zelanda. Fue él, el hijo de uno granjero, quien cartografió los mares y océanos y nos descubrió las costas de Terranova y, también fue el primero en cruzar el Circulo Polar Antártico.
Y ya en el siglo XIX nacería Charles Darwin, aquel naturalista que a bordo del Bergatin Beagle viajó por el mundo y desarrollo La Teoria de la Evolución de las especies. Sin duda, uno de los viajes mas fructíferos. Un viaje que le llevó desde Las Canarias, hasta la Patagonia o las maravillosas Galapagos.
Y como no nombrar a uno de mis viajeros favoritos, el doctor Livingstone. El descubrió las cataratas Victoria al mundo. Para entonces se llamaban Mosi-oa-Tunya, que quiere decir El Humo que truena. Pero los descubridores tenían la manía de cambiar los nombre a todo lo que encontraban y Livinstone no era una excepción. Este medico y explorador contribuyó a cartografiar el continente africano y, sobre todo, fue un luchador en contra de la esclavitud.
El viajó acompañado de su esposa y quiso encontrar las Fuentes de Nilo y despareció hasta ser encontrado en 1.871 por Henry Stanley. A este último fue confiada la expedición de búsqueda por el periódico norteamericano New York Herald. Y a él se le atribuye la famosa frase “¿Doctor Levingstone, supongo?”.
Nos quedan los viajeros que llegaron primero a ambos polos o incluso el que seria la inspiración de Spielberg para crear al personaje de Indiana Jones. Pero, habría también que hablar de viajeras y por eso tenemos que hablar de Egeria, la joven gallega que viajo a Constantinopla y llegó a Egipto. Y ese viaje lo hizo ya cuando agonizaba el siglo IV. Sin duda toda una adelantada a su época y que pudo realizar el viaje por su relación con la iglesia, se dice que tal vez era abadesa de algún convento.
Seguramente durante siglos fueron muchas las mujeres que viajaron pero no existe mucha documentación. Pero, de la aristócrata Mary Wortley Montagu si podemos saber que, allá por el año 1.716, viajó hacia Constantinopla acompañando a su marido que fue nombrado embajador. Allí, en aquellas tierras sintió la necesidad de conocer lo que la rodeaba e incluso aquello que tenia prohibido. No dudó en vestirse de hombre para llegar a esos lugares en los que las mujeres no podían entrar. Entró, por ejemplo, a los harenes del sultán y todas aquellas experiencias fueron escritas en cartas que enviaba a amigos y familiares. Al final se publicaron y quizás fue la primera vez que Turquía fue deseado como destino turístico.
Si tenemos que hablar de una aventurera que lo dejo todo por viajar debemos de hablar de Hester Stanhope. En los primeros años del siglo XIX recorrió países como Siria, Líbano, después junto a su amante llegaría a Egipto a Palmira… Antes de morir en la mas absoluta miseria dejó escrito el libro, Viaje a Oriente. Y como no hablar de May French Sheldon, ella en los primeros años del siglo XX quiso demostrar que las mujeres podían realizar expediciones e incluso encabezarlas. Así fue como puso rumbo a el Kilimanjaro. Aunque se habla de ella en los términos de que se hizo acompañar de su bañera, lo cierto es que fue capaz de demostrar que se podía entablar contacto con tribus africanas sin ningún tipo de violencia, ni sometimiento.
También se puede hablar de Osa Johnson que, junto a su esposo, disfrutó de una vida nómada, vida que fueron documentando en imágenes. Fueron quizás los primeros viajeros en filmar sus viajes.
Y como no hablar de los reporteros de guerra que narraron contiendas y esta vez hablando en femenino. Porque, Martha Gellhorn es quizás la mas importante reportera de conflictos bélicos del siglo XX. Estuvo en la Guerra Civil española junto a Robert Capa y Hemingway que seria su marido y del que se separaría. Estuvo en el Desembarco de Normandia y en otros lugares claves de la Segunda Guerra Mundial.
Quedan viajeros por nombrar, ¡seguro!. Pero ellos, todos, fueron intrépidos, podemos hablar que fueron adelantados a su tiempo.
Hoy no quedan lugares por explorar, o quizás si pero, lo que si quedan son las ganas de viajar. De descubrir lugares desconocidos para nosotros. Sentir la necesidad de llegar un poco más lejos. De tener metas por conquistar. Por eso se hacen famosas rutas determinadas como la famosa de Ushuaia a Alaska en el continente americano. O alcanzar el Cabo Norte en Europa. La ruta desde Zimbabwe a Nairobi en el continente africano.
Y luego está tu ruta. Aquella que tu planificas y recorres. Aquella ruta que te aleja de tu zona de confort, aquella que invita a despertarte en lugares distintos a los de cualquier día.
Sueña, investiga, planifica y vive tu ruta. Feliz semana. Ana @subetealpaisajeruteando