La francesa Besançon

Una ciudad para vivirla

El centro histórico de Besançon, construido en un meandro del Doubs, espera al viajero para envolverle en un ambiente cosmopolita a la vez que provinciano, una maravillosa mezcla que convierte la visita a esta ciudad en imprescindible.

Ciudad de contrastes, donde es posible admirar la imponente obra maestra de la Ciudadela de Vauban, que bien merece una visita reposada, y casi a sus pies poder recrearse con el diseño vanguardista del Centro de Arte de Besançon. Dentro de la Ciudadela es posible visitar un Museo de Historia Natural, un insectario, el Museo del folclore y el de la resistencia y la deportación

Esta ciudad, capital de Franco-Condado, nos sorprende con la catedral de Saint-Jean, donde queríamos visitar su espléndido reloj astronómico compuesto de 30.000 piezas instalado en el año 1860, no nos fue posible, estaba en obras. Y hablando de medición de de tiempo, es posible visitar el museo del Tiempo, dedicado a los propios relojes, situado en el edificio renacentista conocido como el palacio Granvelle, y es que Besançon fue la capital de la relojería francesa.

La Calle Mayor y la plaza de la Revolución son lugares de gran animación y donde se puede disfrutar en las múltiples terrazas y tomar algunos de los vinos del Jura y por donde, sin duda, pasearía el famoso escritor Victor Hugo, cuya casa natal se puede visitar. En una población cercana nació, en 1819, Gustave Courbet, pintor realista que estudio en esta ciudad antes de trasladarse a Paris y que pinto como nadie las tierras de Franco-Condado y sus cuatro departamentos, Jura, Doubs, Haute-Saône y Belfort. Por cierto Franco-Condado perteneció a la Corona Española en tiempos de Doña Juana y paso luego a su hijo Carlos V, aunque quien realmente gobierna es su tia Margarita.

Es esta una ciudad que no da la espalda al Doubs, todo lo contrario, lo que permite una buena caminata a la orilla del rio, un paseo en bicicleta, también navegar en gabarra, o en algunos de los barcos de alquiler.

Las zonas verdes invitan a un pequeño descanso, un momento de lectura o juego, o disfrutar de una merienda a la sombra de algunos imponentes arboles, o dejarse acariciar por el sol en días invernales.

Y si, es una ciudad a la que me iría a vivir con los ojos cerrados. Una ciudad acogedora con el forastero y con servicios para el ciudadano que en ella vive.

El área de autocaravanas se encuentra a la orilla del Doubs a 10 minutos caminado del animado centro histórico y suele estar muy frecuentada, el precio es de 7 euros/24 horas. Se paga sacando ticket en la maquina expendedora, Se puede vaciar y llenar sin coste.

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