El pueblo medieval y la gran tormenta
Viendo ese lugar de lectura de los muchos que te encuentras en los pueblos franceses pensé cuanto me gustaría escribir una larga carta a mi padre, que él pudiese leer mis sensaciones por estos lugares de Francia.
Comenzaría así:
Papá, hemos estado en un pueblo que te hubiese encantado visitar, Pujols se llama. Conociéndote habrías realizado algún chiste fácil sobre el nombre.
Está situado sobre una suave colina, a escasos 200 metros del nivel del mar y desde él se tiene una amplia vista del valle situado a sus pies y de la amurallada villa de Villeneuve sur Lot.
Tiene dos grandes puertas fortificadas para entrar a una población pequeña, muy pequeña. Nosotros entramos por la más cercana al aparcamiento donde está permitido pernoctar con autocaravana y camper y que se encuentra rodeado de grandes praderas de césped, por la llamada Porte de St. Jacques.
Enseguida descubrimos una calle que sería el modelo a pintar sobre un lienzo si se quisiese escribir con los pinceles y colores pasteles, belleza, armonía y serenidad.
Es una calle corta y a medio camino, ocupando casi la totalidad del empedrado, un antiguo “MEDIO” pozo con un cartel que nos cuenta de su profundidad, 30 metros; desde su situación se adivina un ensanchamiento que sin duda lleva a la plaza.
Y si, la plaza del mercado se abre ante nuestros ojos y nos atrapa. A la derecha un establecimiento hostelero, mimetizado con el entorno, de frente la oficina de turismo, a nuestra izquierda otro coqueto restaurante; ocupando casi todo el espacio, el gran mercado cubierto con tejado de entramado de madera, es el centro de reunión y comercio de productos de la tierra. Presidiendo el conjunto la iglesia dedicada a San Nicolas con una gran campanario y adosada a ésta la segunda puerta fortificada de la población.
Un lugar increíblemente bello y que te transporta a la edad media.
Recorriendo sus estrechas y engalanadas callejuelas se descubre la segunda iglesia la de St. Foix, lo que nos da una idea de la importancia de este lugar siglos atrás. De pronto sentimos el repicar de campanas y nos acercamos otra vez a la plaza. De la iglesia comienzan a salir muchos feligreses y del campanario se escucha, por varios minutos, el repicar de las campanas que nos parecen que bailan.
El cielo comienza a enviar señales de que la tarde puede acabar mal y ya lo creo que acabaría mal.
Estamos solos en el enorme aparcamiento y comienza a llover, a lo lejos desde nuestra posición privilegiada, vemos cómo el cielo es atravesado por rayos luminosos, nos parece que la tormenta queda lejos. La temperatura se desploma, el viento comienza a soplar fuerte y llegan las primeras gotas.
Son goterones que casi dibujan lunares en el asfalto y pasados unos minutos la lluvia comienza a golpear con fuerza la autocaravana; la oscuridad de la noche se apodera del lugar y los relámpagos comienzan a iluminar el cielo. Los truenos aún son audibles hasta que se pronto, el cielo vierte sobre el lugar litros y litros de agua, la noche pasa a ser iluminada con cada vez más frecuencia, los truenos se acercan…
Y de pronto un estruendo terrible, ha sonado como si algo rompiese la tierra a nuestros pies, a la vez toda la auto se ha iluminado.
El viento cada minuto más violento y solo nos consolaba no tener ningún árbol sobre nosotros y estar de espaldas a su empuje.
Te he contado todo esto porque sé que de haber estado a mi lado me habrías abrazado muy fuerte y me habrías dicho, que no hay que temer a lo que es más fuerte porque nos debilita ante ello. Que es necesario ser inteligente para dominar la situación, pensar en que podemos lograr superar el miedo, y así lo hice papá.
Al día siguiente eran patentes los destrozos de la gran tormenta, vecinos afanados en arreglar lo que el viento había zarandeado y tirado, sombrillas y sillas aparecían tiradas y ramas caídas por la carretera…
Se que mi padre no podrá leer esta carta pero si tu me estas leyendo te recomiendo una visita al pueblo francés de Pujols.
En nuestro canal de YouTube estamos subiendo videos para aquellos compañeros que van a cruzar a Francia por vez primera.