Conques

La joya de Aveyron

Situado en la región francesa de Occitania y en el fantástico departamento de Aveyron, en ese Departamento se encuentran también Najac y Belcastel, de ambos tenéis articulo en este sitio Web (pinchar en los nombres para leer) Conques colgado de una ladera, forma parte del propio bosque que le rodea. Está incluido entre los pueblos más bonitos de Francia pero dentro de esa lista, está en el Top 10.

Para ponernos en situación os hago una pregunta ¿Os imagináis vivir en un pueblo donde normalmente vivan 100 habitantes?

Pues bien, ahora imaginaros que ese pueblo recibe a lo largo del año casi 500.000 visitantes, miles de ellos peregrinos al encontrarse en uno de los cuatro Caminos de Santiago que recorren Francia, en este caso el que parte del que comienza en Puy-en-Velay, localidad ésta de la que hablaremos próximamente. Sin duda es un pueblo que vive de cara al turismo y al propio peregrino.

Podemos hablar de este pueblo, al menos en sus inicios allá por el sigo XI, como un pueblo monástico. Es entonces cuando comienza la construcción de su magnifica abadía románica.

La Abadía de Santa Fé es desde el inicio un imán para que lleguen al lugar comerciantes y artesanos que logran forman una comunidad civil en paralelo a la religiosa.

La ciudad se instala por encima de la propia abadía, lo hace en la parte más soleada de la ladera, un lugar donde las múltiples fuentes hacían posible el abastecimiento de agua, fuentes que aun hoy siguen manando agua. Una muralla rodea la población donde las callejuelas empedradas hacen posible llegar a los distintos barrios.

Es fuera de la muralla, en la cercanía de los ríos Ouche y del Dourdou, donde se encontraban no solo los molinos, también los talleres artesanos y de oficios de todos tipo.

En el Libro de los milagros de Santa Fe ya se puede leer de la existencia de una «ciudad importante enclavada en la colina, por encima del monasterio». Igualmente se sabe que a mediados del siglo XIV la ciudad, que lo fue, contaba con más de 700 casas y se dice que el número de habitantes podría rondar los unos 3.000. Cada año los habitantes elegían cuatro representantes, se les denominaba cónsules.

En 1568 los protestantes incendian esta ciudad donde incluso el clero se había decidido vivir, dejando de lado los aposentos de la propia abadía, para hacerlo en grandes y bonitos palacetes que allí se habían construido.

En el siglo siguiente la peste y las hambrunas por las malas cosechas hacen que la población disminuya y que los mas pobres necesiten de la caridad para poder sobrevivir. En la segunda mitad del siglo XVIII, el hambre y la miseria hacen que el numero de mendigos sea cada vez mayor, las condiciones de vida empeoran.

Y cuando la Asamblea Nacional Constituyente, surgida de la Revolución Francesa, suprime las órdenes religiosas, los habitantes de Conques ven como el monastario se cierra y los canónigos que allí vivían también se van de la localidad, el hospital de Santa Fé también se cierra y la población se reduce drásticamente.

En el año 1837 se produce el inicio de “la salvación” de Conques para poder admirarla como hoy en día lo hacemos. El escritor Prosper Mérimée, por aquel entonces inspector de Monumentos históricos, se dirige hacia Auvernia y cuando parando en Conques ve el estado en que se encuentra la abadía emite un informe, es este el punto de partida para rehabilitar este tesoro románico. En 1873 una nueva orden religiosa vuelve a ocupar la abadía.

Una Abadía que es la mayor atracción para el viajero que llega a este rincón del sur de Francia. Y antes de entrar a esta joya del románico es necesario levantar la cabeza y admirar el tímpano de la iglesia. Protegido bajo una gran arquivolta podemos admirar la representación escultórica del Juicio final.

Ana junto a las perras Gazelle y Eclair, sin poder apartar la vista del Tímpano.
Tímpano de la puerta principal. El Juicio Final.

En este espacio del tímpano, 124 personajes se reparten el espacio a tres alturas. En la parte central destaca un Cristo en Majestad ejerciendo su labor de juez de las almas de los que ya han muerto. Sobre él y en lugar más elevado dos ángeles, uno a cada lado y ambos tocando la trompeta.

El arcángel Miguel y la que es la representación de un demonio son los encargados de pesar las almas. Los que tuvieron una vida bien vista a los ojos de Dios van al paraíso, situado a la derecha de Cristo. Los condenados por su vida llena de pecados van al infierno, en el lado izquierdo de Cristo, allí hacinados les espera la bestia marina Leviatan para devorarlos.

En el Tímpano se ve hasta un antiguo obispo de Conques en el propio infierno. Claro está que se dice que fue un obispo al que los monjes no tenían en mucha estima. Destaca también un borracho colgado por los pies,; unas cadenas de prisioneros liberados ocupan también su lugar en el tímpano. Satanás también tiene su espacio. Los pecados son también parte de este conjunto y la representación de la lujuria corre a cargo de una mujer con los pechos desnudos y atada a su amante…

Y más, y más personajes, San Pedro, la Virgen María, y hasta el propio Carlomagno. Así hasta 124 figuras ¡IMPRESIONANTE! No os lo podéis perder.

Y para rematar tanta riqueza del tímpano donde se puede leer, “Pecadores, si no cambiáis vuestras costumbres, sabed que sufriréis un juicio temible”, tenemos también a los “cotillas”. En francés los llaman los curieux, (curiosos) Sí, si, unos pequeños seres que se asoman a para ver que está pasando en el Juicio Final. Os dejo una imagen.

Curieux del Timpano

En el interior del templo podréis admirar mas de 200 columnas con capiteles decorados, y quizás sea la verticalidad de las columnas lo que haga ver su nave central tan alta, muy alta, mas de 20 metros que ópticamente aun parecen mas. Por cierto en una de las columnas se puede admirar un capitel que representa a San Pedro crucificado pero cabeza abajo.

Oreo lugar que no os podéis perder es el llamado Tesoro, allí se pueden admirar piezas de orfebrería religiosa abarcando desde el siglo IX, con unos maravilloso relicarios hasta el siglo XVI. Lo más preciado un relicario representando a Santa Fé que fue robado en Gen y que está datado en el siglo X.

Es una talla de madera recubierta en un principio con oro y plata, con el paso del tiempo se han ido añadiendo joyas con piedras preciosas. Y, lo mas sorprendente, en la cabeza se sabe que existen resto de huesos craneales, algo que está comprobado científicamente. Es justo la cabeza la que se cree que es de cinco siglos antes.

Relicario de Santa Fe, en el Tesoro.

La Abadía, ademas de su visita al interior y la visita del claustro merece ser admirada desde cada angulo, os dejo unas cuantas fotografías.

Ana descansando de tantos y tantos turistas que había el día que vistamos Conques.

De la antigua muralla aun queda alguna puerta, es el caso de la puertas de Barry y de Fer. Una vez las atraveséis estaréis en un pueblo que ya no vais a olvidar. Acercaros tambien al que denominan château d’Humières, y que no es propiamente un castillo, pero si era un lugar que cumplía labores defensivas.

En el pueblo no es posible pernoctar con la autocaravana en los aparcamientos mas cercanos, al menos así era cuando la visitamos hace unos 8 años. Si existe un aparcamiento más alejado donde si se permite la pernocta, desde allí sale una navette, (pequeño autobús) que te acerca a la población. También se puede aparcar en el aparcamiento cercano, eso hicimos nosotros, y luego ir a dormir al mas alejado. Tenéis también la posibilidad del camping Beau Rivage.

Por cierto, junto al rio Dourdou están las Gorges de Conques muy , muy recomendables en verano. Espero que disfrutéis del lugar y os deseamos ¡Buena ruta!

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