Detalles que enamoran
Siempre me llamó la atención de los pueblos franceses y de muchos centroeuropeos, pequeños o grandes, sus fuertes contraventanas en madera, pareciera que allí nunca llegó el aluminio, si lo hizo hubo cabezas pensantes desde la municipalidad que dijeron si, pero no lo puede instalar en el exterior. Se debe conservar el “tipismo” propio del pueblo o de la región.
Fachadas, donde el color lo ponen las persianas venecianas y las flores. La calle en esos pueblos nos transmite sensación de pueblos vividos, donde no se ha roto el hilo de su historia. Rincones perfectos para un encuentro entre vecinos con alguna silla que invita a la conversación con el paseante. Hogares que conservan la esencia propia de su departamento o región; municipios que no han visto la necesidad de perder su pasado. Tampoco de que la construcción descontrolada tomase el territorio.
¡Cuanto hemos perdido en este país en base a una modernidad mal entendida!.