En enero fue Filomena. En abril Astra Zeneca.

La ruta que iniciamos en nochevieja y que, en un principio terminaría una vez recorridas las comarcas zamoranas de Sayago y Aliste nos la truncó la borrasca Filomena.

En esta ocasión salimos a últimos de marzo y sin fecha de regreso, pero, nuestro gozo en un pozo. El jueves al mediodía citaban a Rubén el viernes para la primera dosis de Astra Zeneca.

En este viaje primero recorreríamos parte de las Merindades Burgalesas. Digo primero porque viendo la cantidad de gente haciendo turismo por Burgos cambiamos destino. Nos fuimos hacia la montaña Palentina y de allí hacia León. Espectacular el Macizo de Mampodre una vez que te internas por sus, a veces, pequeñas carreteras.

Con sorpresas, como la subida al Puerto de Tarna, frontera con Asturias y que desde Riaño nos acompaño con un firme estupendo pero que, al bajar o mejor dicho ascender, porque está más alto, al Puerto de Señales el firme y la carretera en general nos dejaba con la duda de si regresar por donde habíamos subido o seguir.

Decidimos subir, el tránsito entre Comunidades Autónomas estaba prohibido y sería difícil encontrar a alguien y así fue. Descendimos desde el nevado Puerto de Señales hasta la pequeña población leonesa de Cofiñal. Y allí, con el fondo del Macizo de Mampodre nevado y en una población que exhibe casas de indianos, la mayoría venidos de Cuba, allí digo, encontramos un lugar para descansar de una carretera estrecha, con mal firme pero, que en cada curva nos dejaba un bonito paisaje en un día de primavera que más bien era invernal.

A veces, el instinto nos ayuda a tomar la decisión acertada. Si hubiésemos decidido dar la vuelta nos habríamos perdido TODO lo que vino detrás de Cofiñal. Ana

Continuará @subetealpaisaje

Área recreativa de Cofiñal
Descendiendo el Puerto de Señales desde el Puerto de Tarna.

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