Quiero recordar Sayago con esa esencia que hace de esta comarca un lugar diferente. Un Sayago que atrapa.
Disfrutar de senderos hacia casitos o asomaderos. Senderos definidos por infinitas paredes de cortinas.
Cielos en los que los únicos que rompen su silencio es el vuelo de águilas y halcones.
Quiero sentir la historia de personas anónimas que quedó escrita en las piedras.
Quiero sentir su primavera, ver cómo regatos y ríos cuchichean entre piedras. Como las flores son un ir y venir de mil insectos.
Sayago, una comarca donde destacan torres de campanarios y antiguos depósitos de agua. Donde los únicos gigantes son y deben seguir siendo sus gentes. Ana @subetealpaisaje