Por tierras de Babia

Un destino increíble

La pequeña y coqueta ermita de Pruneda da la bienvenida al viajero que se adentra en Babia desde las tierras de la Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna. Este lugar, ahora orillado por el trazado de la nueva carretera, fue sin duda un lugar estratégico para aquellos que atravesaban estas tierras haciendo la trashumancia. Estas eran tierras donde el ganado trasegaba hasta llegar a los fértiles y frescos puertos de Babia, donde se podía combatir el calor de los meses de verano.

Cuentan que es posible que fuese construida por la familia Quiñones (Condes de Luna) a finales del s. XV. Y afirma la tradición oral que el conde don Suero donó una lámpara de plata para que siempre estuviera encendida una llama que le recordara. Pero de Suero de Quiñones escribiré en otro momento, porque aunque era un segundón de la Casa de los Quiñones, no es menos cierto que “El Passo Honroso” merece capítulo aparte. Me centraré ahora en Babia, y hasta llegar a estas tierras nos han venido acompañando las inmensas montañas de Las Ubiñas-Mesa, Parque Natural asturiano que, de no conocerlo, os recomiendo encarecidamente una visita.

Y ya en Babia, se descubren inmensas praderías. En estas tierras y en puertos como el de Ventana y la Mesa, se vivían cada año la Alzada y la Marina.

En la Alzada, los vaqueros, como se conoce por estas tierras a los pastores trashumantes, subían a los puertos desde las tierras asturianas. Llegaban, por ejemplo, a Torrestío, situado en el llamado Camí Real, y allí pasaban los veranos, atendiendo el ganado, las huertas y con el trabajo de “arriería”.

Cuando el otoño presentaba su cara, cuando las quitameriendas tapizaban las praderas, era momento de hacer el viaje de vuelta, momento de hacer La Marina. Bajar el ganado a las tierras de la vecina Asturias; marchaban a Gijón, Castrillón, Grado, Quirós, Teverga…

Para llegar a Torrestio hay dirigirse a la carretera que lleva al puerto de Ventana, en el llamado cruce de La Farrapona, hay que tomar un desvío. La carretera se estrecha y una vez en el pequeño pueblo hay escaso estacionamiento para nuestros vehículos vivienda. Desde el pueblo se puede llegar a un paisaje increíble, los Lagos de Saliencia, en tierras asturianas, pero os aconsejo llegar a ellos, por la vertiente asturiana. Será necesario dejar los vehículos en el llamado Alto de la Farrapona, enclave muy conocido para los amantes del ciclismo. En este Alto escasea el estacionamiento, así que si conducís autocaravanas o camper, intentar evitar fines de semana y puentes. Y en las praderías de estas tierras altas es probable que el ganado esté guardado por mastines; lo mejor, mantener una distancia de seguridad con respecto al ganado. Si os acompañan vuestros perros, es momento de atarlos para evitar un conflicto. No olvidemos que los mastines están en su territorio y cumpliendo la función de defensa del rebaño.

Y siempre que estamos en Babia, nos reservamos un día para estacionar en Riolago de Babia. Nos encanta pasear sus calles, disfrutar del entorno, descubrir sus rincones… Realmente nos hace sentir felices. Tenéis un centro de interpretación situado en un antiguo palacio de la familia Quiñones. En él también podéis disfrutar de la cantina, un lugar agradable donde compartir un café.

Estacionamiento en Riolago

Al llegar la noche, siempre es posible disfrutar de un íntimo filandón; eso sí, en vez de hilar, comentamos sobre los tributos que pagaban quienes vivían en estos pueblos de Babia. Eran varios, los enumero: Los Cientos, las Sisas, las Alcabalas, el Yantar, el Censo, el Portazgo, la Fumaga; a ellos se sumaban el Diezmo, por ejemplo de Merinas, que llegaba al 10 por ciento del valor de la tierra arrendada para el pasto. Otro impuesto era el Voto, que pagaban los labradores a la Iglesia; el pago era en trigo y pan. También estaba el Adra o Dogo, un tributo que los vecinos pagaban en forma de trabajo para el Cabildo. Hay que sumar el impuesto de Primicias; este se pagaba a la Iglesia con frutos y ganado para mantenimiento y reparación…

En fin, otros tiempos que bien merecen conocerse para saber estar en el presente, sin repetir tantas sandeces como dicen algunos. Que pareciera que esto de pagar impuestos es una moda actual.

Se me olvidaba, en Riolago tenéis una tahona con pan y dulces artesanos y con una empanada de cecina que… No os digo más.

Nota: En la ermita de Pruneda se puede estacionar sin problemas. En Riolago de Babia también podéis estacionar vuestros vehículos sin problemas. En Huergas de Babia, tenéis una pequeña área de autocaravanas. En Mena de Babia, tenéis una zona recreativa estupenda. En general en toda la provincia de León las autocaravanas son bien recibidas.

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