Entre el Huécar y el Júcar

Un torrente de arte en Cuenca

Es esta una ciudad que abrazó el arte abstracto y contemporáneo veinte años antes que lo hizo el resto de ciudades de España. Y eso ¡se nota!

Arte abstrato de la mano de Juan March

En nuestra visita, primero visitamos el museo de Arte abstracto de la la Fundación Juan March. Por cierto de entrada libre. De este espacio museístico se dice que es el museo más bello del mundo. Así lo afirmó en su momento el mismísimo director del MOMA de Nueva York. Doy fe que es cierta tal afirmación. Es un espacio bellisimo.

El museo está ubicado en una de las casas colgadas que miran al río Huécar, y que nos permite descubrir los entresijos de una construcción del siglo XV.

Este museo, de estancias reducidas y dispuestas en altura, se adelantó por más de años al resto de museos de este tipo en nuestro país. ¡Casi nada!

En la entrada al museo nos recibe una escultura de Chillida, sin duda la mejor invitación para continuar con la visita, donde otras esculturas de Saura, Serrano… nos acompañarán en el recorrido.

Obra de Chillida


En sus salas encontraremos obras de Tapies, de Antonio Saura, con dos de sus obras más singulares, como lo son Brigitte Bardot y Geraldine Chaplin, de la colección Portera.

Y, además de la obra plástica, que ocupa los espacios más sorprendentes, es la propia casona colgada, suspendida y mirando al Huécar, la que que atrapa al visitante en cada una de sus salas. Lo hace por su singularidad y por la forma de realzar las obras, algunas de ellas resaltando su belleza por la luz que reciben.


Y es imprescindible disfrutar de el Archivo Portera, dedicar tiempo para detenerse ante las documentación que nos ofrece. También se puede disfrutar de la biblioteca Fernando Zóbel, entre sus volúmenes destaca, por ejemplo el volumen Constituciones Synodales, del obispo Pimentel, publicado en el 1626, el más antiguo de toda la colección.

Arte contemporáneo de la mano de Antonio Pérez.

Y sí primero visitamos el museo más bello del mundo, de la mano de la Fundación Juan March, después nos recreamos en un espacio que no deja a nadie indiferente. El museo de Arte Contemporáneo de la Fundación Antonio Pérez. Directamente, el lugar y sus obras, atrapan.

Recorrer las salas de este museo es adentrarte en el laberinto del edificio. Un sube y baja que escarba en las entrañas de la montaña y, a la vez, se abre al Huécar, formando parte del conjunto de casas colgadas de Cuenca.

Y allí, como un impulso de modernidad, se descubren grandes obras, por tamaño, por importancia y por desafío a lo establecido. Y, también objetos encontrados, que fueron vistos con otra mirada, la del artista Antonio Pérez.

En el museo de arte contemporáneo se encuentran obras realistas y grandes, como la del artista Nino Longobardi, Pararrayos. Hasta copias personales como la icónica obra del siglo XX, la famosa Fuente de Duchamp.

Un encontronazo con ese arte que te hace disfrutar de la propia obra y de nuestra imaginación y, a veces, de una provocación que resulta inquietante. Una se pregunta: ¿Y, yo no lo vi?

Me encanta el descaro del dadaísmo, la otra mirada del cubismo… El arte abstracto y contemporaneo me resulta muy atractivo y Cuenca es un lugar increíble para disfrutar de este arte fresco, provocador, donde las pinceladas dejan de ser las únicas protagonistas.

Romper esquemas culturales. Descubrir otra forma de crear…

Disfrutar de la mirada traviesa y creativa, de aquello que pasa desapercibido para el público en general, me parece genial.

Gracias por seguirnos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *