Un cóctel perfecto de naturaleza y arquitectura
En el norte de Guadalajara, en la llamada sierra del Ocejón, también conocida como sierra del Robledal, que es parte de la sierra de Ayllón, nos encontramos con un conjunto de pueblos cuyas construcciones, en pizarra negra, han brindado a la comarca una identidad singular, aunque no única. Pueblos con arquitectura negra es posible ver en otros lugares de nuestra geografía, por ejemplo, en la comarca leonesa del Bierzo. En Madrid, algunos pueblos de arquitectura negra son: Horcajuelo, Montejo de la Sierra, La Hiruela, Puebla de la Sierra y Patones de Arriba.
En la ruta que os proponemos, nos tenemos que situar en pleno Parque Natural de la Serranía Norte de Guadalajara. En este parque se encuentran tres espacios protegidos:
- El hayedo de Tejera Negra.
- La reserva fluvial del río Pelagallinas
- El macizo de Lobo-Cebollera.
Se pueden encontrar centros de visitantes del Parque Natural en la localidad de Cogolludo, también en Cardoso de la Sierra, en Hiendelaencina y en Cantalojas. A esta última localidad se puede llegar desde Majalrayo por una pista, desde luego no apta para nuestros vehículos vivienda. Algo que no pensó Rubén a finales de los años noventa del pasado siglo, cuando decidió que podíamos ir con nuestra primera autocaravana. Aun hoy, al pensarlo, sigo con el miedo en el cuerpo.
La ruta que os describimos, por los pueblos de la Arquitectura Negra, la hicimos a mediados de enero. Fecha en que las heladas son importantes y el termómetro es fácil que baje de 0 grados. Nosotros en esta ocasión hemos tenido mínimas de -7 grados; incluso algún día hemos despertado con nieve. Os aconsejo buena ropa de abrigo y suficiente gas o diésel para la calefacción. Por cierto, a lo largo del recorrido es imposible encontrar gasolineras. Tampoco se encuentran —en enero de 2025— áreas de servicio de autocaravanas. En algunas carreteras, como por ejemplo la que conduce a Valverde de los Arroyos, os podéis encontrar con señales de tráfico que indican que con heladas es obligatorio el uso de cadenas o neumáticos de invierno.

La ruta:
Nosotros comenzamos la ruta en la localidad de Tamajón que, curiosamente, tiene sus edificios más singulares construidos en una piedra de color rosado. Es el caso de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de origen románico, aunque solo quedan de ese estilo unos canelillos muy desgastados y dos de los arcos del pórtico de entrada.

Otro edificio significativo es el palacio de los Mendoza, con el escudo de la familia en la fachada principal, construido en el siglo XVI, cuando esta localidad contaba con casi 900 vecinos, más habitantes que Guadalajara, Pastrana o Sigüenza.
También merece una visita la iglesia de los Enebrales. Actualmente, el estacionamiento es posible,
En Tamajón encontramos su Ciudad Encantada, más pequeña que la de la Serranía de Cuenca, pero, a diferencia de ésta, la de Tamajón es de acceso libre.
Actualmente se encuentran en ruina su antigua fábrica de vidrio y también el convento franciscano, este último mandado construir a finales del siglo XVI por doña María de Mendoza, nieta del cardenal Mendoza.
Y es desde Tamajón desde donde parte la carretera GU-186. A poco de iniciada esta carretera se bifurca. Nos encontramos, a mano derecha, el desvío a Valverde de los Arroyos, por la GU-211. Para realizar la visita a Majalrayo, se necesario regresar a este punto y retomar la GU-186.
Nuestra decisión fue visitar primero Valverde de los Arroyos. En la carretera, cuando se han recorrido unos 7 kilómetros, nos encontraremos el desvío a la pedanía de Almiruete. Si no sois de conducir por carreteras estrechas, es posible dejar la autocaravana o camper junto a la carretera 41°02’43.5″N 3°12’37.1″W. Si os decidís a llegar con vehículo, no entréis en el pueblo; poco antes de llegar, tenéis algo de estacionamiento junto a las pistas deportivas. Si llegáis a este pueblo en carnavales, podréis ser testigos de una de las fiestas ancestrales más antiguas; data del siglo XI. Hablamos de su famoso carnaval de Botargas y Mascaritas. Si por el contrario visitáis Almiruete en otra época, siempre os quedará el museo donde se exponen máscaras y trajes de tan singular carnaval.
En el recorrido por la pequeña localidad podréis ver la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, de origen románico y construida en el siglo XIII.
Si continuamos avanzando, pasaremos por otra pedanía de Tamajón; se trata del pequeño pueblo de Palancares, que es atravesado por la carretera que lleva a Valverde de los Arroyos. La pequeña localidad tiene un caserio poco más grande de lo que podemos apreciar según circulamos. Lo mejor, apartarnos y estacionar en algún lugar para poder pasear el lugar.
El siguiente pueblo al que llegaremos será uno de los más bonitos de España, Valverde de los Arroyos. Sin duda, un pueblo bonito y rodeado de una naturaleza que lo engalana con lugares como las chorreras de Despeñalagua. Personalmente, creo que ha perdido mucho de su encanto, o al menos eso creo, recordando las veces que lo visitamos hace algunas décadas. En el interior del pueblo solo pueden estacionar vehículos de residentes. Para los visitantes, existe un estacionamiento a las afueras del pueblo, donde se inicia la carretera que lleva a Zarzuela de Galve y Umbralejo. Este estacionamiento tiene un acceso en curva y en ascenso; quizás para autocaravanas de más de 7 metros se complique la entrada. Una vez en el aparcamiento, son pocas las plazas que están niveladas. Nosotros estacionamos antes de llegar al pueblo, frente a la posada de El rincón de Valverde; son pocos los metros que separan el lugar con el pueblo y nos mereció la pena.


En invierno, salvo los fines de semana, el pueblo parece estar vacío; solo el bullicio de algunos turistas rompe el silencio. Esa soledad nos llevó a creer que el pequeño museo etnográfico pudiera estar cerrado, puesto que su puerta sí lo estaba, pero no, tan solo tenéis que girar la manivela y se puede acceder. Hay una urna para dejar los donativos por la visita. Y el lugar cuenta con servicios perfectamente conservados. Estos lugares es necesario cuidarlos como si fuesen nuestra propia casa: dejarlo todo como lo encontramos, apagar las luces que se enciendan y no tocar que nadie vigile. El centro cuenta con un antiguo telar, con aperos de agricultura, con fotografías de tiempos anteriores…
Merece la pena callejear para descubrir cada una de sus calles y sorprendernos con la belleza de la construcción en piedra seca y con lajas de pizarra oscura, casi negra.

Y estando en Valverde de los Arroyos, aun queda el plato fuerte. Ir hacia las chorreras de Despeñalagua. Un salto de agua de 80 metros, sencillamente, ¡espectacular! Llegar hasta este regalo de la naturaleza supone una caminata de unos 40 minutos, una ruta sencilla que, al ser mes de enero, nos recibió con algunos charcos completamente helados. Al igual que permanecían heladas algunas de las caídas de agua, las más laterales. En este lugar, justo estamos en el lado opuesto de Majalrayo; nos separa el pico Ocejón, que con sus 2048 metros es la cumbre más elevada, y al que algunos conocen como el Cervino de Guadalajara.
Si hacéis la marcha a las chorreras, vais a pasar por una zona verde inmensa, con porterías de futbol y donde hace 25 años, pasamos alguno fin de semana estacionados con la autocaravana; en aquella época eramos pocos los que elegíamos esta forma de viajar y eso nos permitía disfrutar de los lugares de una forma más especial.


Y de vuelta en la autocaravana, tras un descanso, aun nos esperan dos pequeñas poblaciones, el acceso es siguiendo la carretera GU-211, eso sí, a partir de Valverde pareciera que la calzada se estrecha. El primer pueblo que nos encontramos es Zarzuela de Galve, o como también es conocida “Zarzuelilla”. Para llegar, a pocos kilómetros de Valverde debemos coger un desvió a la carretera GU-172 que aun se estrecha un poco más. En la localidad no viven más de diez personas, y eso es tirar por alto. Entre el caserio de pizarra negra destaca la iglesia de la Virgen del Buen Suceso. Está completamente encalada, y su blanco aun machacado por el tiempo sigue resaltando en el paisaje. Su espadaña tan solo tiene una de las dos campanas que podría soportar. Aun se conserva en esta localidad un horno comunal y también la fragua, en ella se conserva el fuelle y el yunque.
Y apuntaros que en el otoño en este pequeño pueblo se realiza la Fiesta de la castaña. Un día en que según nos contaron se encienden los dos hornos y se prepara unos bollos tradicionales.
En este entorno aun se pueden encontrar restos de antiguas construcciones que eran usadas por los pastores. En un recorrido de unos 15 kilómetros que permite descubrir las ruinas de: Robledo de la Mata, Pezuelo de Arriba y Casillas de Robledo. Nosotros con el mal tiempo que estábamos teniendo no hicimos la marcha. El pueblo cuenta con poco estacionamiento por lo que en fechas de presión turística no recomiendo su visita con autocaravana.
Una vez de vuelta a la GU-211, y tras 9 kilómetros de curvas, se llega a Umbralejo. Esta será la ultima visita en este desvío que iniciamos en Tamajón. Este pueblo fue completamente abandonado y en la actualidad, ya reconstruido se ha convertido en un “Pueblo Educativo”. Actualmente unos 50 estudiantes se alojan en la población cada semana. El proyecto educativo subvencionado por el Estado Central, se basa en la recuperación etnográfica y de identidad del pueblo, también se tienen en cuenta materias como Medio Ambiente y, como no, se promueve la convivencia.

Existe un estacionamiento junto a la carretera, que permite acceder a la pequeña población cómodamente. Un pueblo con calles recubiertas de pizarra, con casas habilitadas y rodeado de una naturaleza que desborda belleza.
Si eres temeroso, quizás este no sea el pueblo donde te recomiendo pasar la noche, si llegas en fin de semana cuando los escolares ya no están.
Y hasta aquí este primer recorrido, toca deshacer los kilómetros recorridos y volver a Tamajón, para desde allí iniciar la ruta que lleva Majalrayo, donde nos esperan varias sorpresas, antes de llegar y una vez en este pueblo enclavado en las faldas del pico Ocejón. Será en los próximos capítulos.
Gracias por leernos.