Fotografías sin nombre
Las fotos pérdidas. Fotos que haces pero que se pierden en los discos duros. Fotos que no representan, por si solas, el viaje realizado. Fotos sin grandes contrastes. Que no plasman momentos increíbles. Fotos “del cajón”.
Un día haces limpieza y descubres esa foto. Te acuerdas de lo que pasó pero tienes que buscar en tus cuadernos de ruta para situar el lugar. Curioso, recuerdas que ese era el pueblo de “La Casa de los Lobos”. Ahora sitúas hasta la calle y sabes que te llevo a la Plaza del Mercado. Y piensas, a esa foto nunca la puse nombre, ¿por qué?. Sigue siendo una “sin nombre”, sólo con apellidos de dígitos con un “.jpg” de coletilla.
Comparas la Plaza del Mercado y las Gárgolas de Lobos y te parece que la verdadera foto de aquel pueblo es ésta. Porque recuerdas hasta de que hablabas cuando la paseabas. Un pueblo al que llegamos buscando un lugar para aparcar cómodamente la autocaravana para comer. Resultó tener área fantástica. Resultó ser un pueblo con muchas singularidades. Resultó ser un pueblo que acogía al viajero. Y ahora, pasado el tiempo resultó ser un pueblo que revitaliza el cerebro. Porque ahora sí, esta calle que estaba en el pueblo de Caylus, en la Francia sin autopistas, me ha permitido recordar un día de viaje fantástico. Ella sola, con su calle estrecha, la iglesia al fondo y ese farol rompiendo la verticalidad. Ahora es una foto con nombre propio y apellido. Ana
