Reflexiones en voz baja
Vaya por delante, mi respeto a cualquier forma de viajar. Dicho esto, ¿qué es para mi viajar en autocaravana?. No cabe duda que la ventaja de hacer un viaje, corto o largo, con una autocaravana es, de alguna forma, llevar la casa a cuestas. Aun así, en mis viajes me gusta desconectar de las rutinas cotidianas y quizás, recobrar rutinas viajeras. Puede parecer un contrasentido pero, para mi no lo es, es un cambio de escenario de vida. Es un cambio de rutinas. Llevo mi casa pero, no llevo las mismas cosas. En mis rutas y viajes no las necesito.
Cambio bolso por mochila. Cambio tacones por mocasín y botas de montaña. Cambio vestidos por ropa de batalla. Cambio bicicleta estática y natación por caminatas y marchas por ciudades, pueblos y montañas. Cambio las historias contadas entre pixeles y pulgadas, por las que me cuentan los que viven una vida de silencios impuestos. Por observar la cotidianidad de los lugares visitados. Los documentales dejo de verlos para vivirlos.
El viaje es, para mi, tener todo el tiempo del mundo para que el silbido de una cafetera italiana me avise que el café está listo. Para mi doblegar al reloj es, estar pendiente de una carmela. Observar por la ventana como los pequeños pájaros comienzan a realizar sus primeros vuelos. Mientras, vigilo que no se me queman las tostadas. Y a lo mejor, viendo sus vuelos, se queman.
Para mi, viajar en autocaravana es llegar allí donde la furgoneta del pan llega cada tres días. Para mi, viajar en autocaravana es, poder disfrutar de un lugar huyendo de la presión de la masificación.
Para mi, viajar en autocaravana es, saborear una ciudad sin prisas. Admirar sus monumentos, descubrir sus librerías y vivir sus calles peatonales.
Para mi, viajar en autocaravana es, elegir carreteras sin arcén.
Para mi, viajar en autocaravana es, subir a dormir a un puerto de montaña. Allí donde, al morir el día, la oscuridad nos regala un cielo con millones de estrellas.
Para mi, viajar en autocaravana es, levantarme descubriendo quizás a una ardilla que sonríe. Mirar al rio que tienes cerca y observar a una curiosa nutria. Para mi, viajar en autocaravana es, sentarme para descansar de una marcha por la montaña y descubrir, posada sobre una hoja, a una coqueta mariquita. Cruzar un arroyo y pararte a admirar como las libélulas sobrevuelan sus aguas.
Para mi, viajar en autocaravana es, saludar. Saludar a quienes me encuentro y saludar a compañeros aparcados. Para mi, viajar en autocaravana es, decir en alto que no me vale la frase que cantaba Serrat: “…Niño, eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca…” Porque, si hago. Porque, si digo.Porque, si toco.
Porque decir, “con no ir donde no nos quieren”, no es la opción para mi. Porque es necesario alzar la voz contra aquellas instituciones que pretenden cortar alas viajeras. Tocar, tocar la naturaleza, tocar la historia, tocar el arte, tocar las tradiciones, tocar la vida está en nuestras manos. Porque miles de pueblos nos esperan. Porque millones de rincones tienen un atractivo suficiente para perderte. Feliz ruta. Ana